[…] ¡Oh novias
blancas como azucenas…!
¡Oh, novias rubias, novias morenas…!
¡Oh novias puras y amantes locas…!
Con el almíbar de vuestras bocas,
con el perfume de tanto seno,
yo llené un pomo de rica esencia
que es milagrosa contra el veneno
mortal y amargo de la existencia. […]
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